Sobre la riqueza agrícola de Mendoza nos informa una crónica: el trigo se da de continuo de 50 y 60 simientes, muchas veces 100y con igual abundancia se coge el maíz, y todos los otros frutos propios de los climas templados, siendo la tierra tan agradecida al cultivo que no merece nombre de agricultura las labores superficiales con que le arrancan los mendocinos tantos bienes.
Además se mencionan los olivares para el consumo de aceite del país, los alfalfares. El arroz, lentejas, garbanzos, no se dan muy bien a causa de no adaptarse el temperamento. La caña dulce, aunque sale muy bien, no la dejan las heladas arribar a la perfección. El lino se produce perfectamente. Higos, nueces.
Sobremonte dice al respecto que abundan las chacras y huertos, señaladamente brevas, higos, manzanas, ciruela, guinda, duraznos, uvas, peras, pues en la estación que se dan, la gente pobre, que es el mayor número, las recoge para el sustento diario y aún los más recogen las que pueden conservarse en el invierno para lo mismo."
Algunas de estas frutas se conservan para el invierno, que vienen más gustosas y que de algunos años a esta parte han comenzado a ser un renglón no despreciable del comercio de donde bien acomodadas en cajones se conducen a otras provincias que carecen de ellas.
Una crónica de 1801 escrita en el Telégrafo Mercantil nos habla a las claras de esta industria:
"Produce en abundancia toda especie de grano y fruta de superior calidad. Hay tierras de extraordinaria fertilidad, que en las sementeras de trigo producen más de ciento por uno. Sus principales fincas consisten en viñas que les producen infinito vino y en potreros de alfalfares o prados artificiales cercados de pared, en que mantienen en engorde considerable porción de ganados. De modo que aun en años de esterilidad y flacura en las estancias no le falta a esta ciudad carne gorda para el común abasto. Además de este terreno, que es el rodea a las fincas y chacras de esta ciudad, sigue a la parte sur del río Mendoza el dilatado valle de Uco que se extiende cincuenta leguas hacia el sur hasta la tierra de los indios u otras tantas de Oriente. En cuyos pastos abundantes arroyos se hallan establecidas las principales poblaciones de estancia."