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Blancas:
Durante los primeros tiempos de la conquista y colonización de América, el grupo de las mujeres españolas europeas era pequeño, aunque con el correr del tiempo fue creciendo debido a la llegada de nuevos grupos desde la península y a los nacimientos producidos en este suelo.
La primera mujer nacida en Mendoza hija de españoles de la que se tiene noticia fue María Quincoses y Reynoso
Indias:
Las mujeres nativas americanas hicieron posible el mestizaje biológico y cultural desde los inicios mismos de la conquista y colonización de este continente. En otros términos, ellas se convirtieron en el nexo, en el lazo entre una cultura y la otra. El número de hijos de indias y españoles aumentó considerablemente con el correr del tiempo; sin embargo, los españoles raramente se desposaron con estas mujeres.
Las mujeres huarpes que se quedaron en la ciudad de Mendoza adoptaron rápidamente las costumbres, el idioma y la religión españoles mientras que las que continuaron en la periferia (lagunas de Guanacache), en cambio, mantuvieron las costumbres ancestrales.
Negras:
Las mujeres africanas que llegaron a Mendoza durante la etapa colonial provenían de la costa occidental del continente, de Angola, Guinea y el Congo, principalmente. Habían nacido libres, luego habían sido apresadas y trasladadas a América como esclavas; otras, en cambio, nacieron esclavas en este suelo.
Mestizadas:
Además de las mujeres blancas, nativas y negras, habían otras mestizadas, es decir, producto de diferentes uniones: las mestizas, eran hijas de españoles e indios; las mulatas, de españoles y negros, y las zambas, de indios y negros. El color de la piel era uno de los factores determinantes en la sociedad colonial, señala José Luis Masini, con lo cual, aquellas mujeres de piel más oscura eran las que sufrían mayor segregación.
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