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Blanco:
Este grupo que se estableció en Cuyo a partir de la segunda mitad del siglo XVI estaba integrado por los españoles europeos y españoles americanos o criollos, esto es, los varones y mujeres nacidos en este suelo.
Durante los primeros tiempos coloniales, se trató de un grupo reducido, en comparación con el nativo, aunque desde el comienzo mismo detentó todo el poder político y económico de la región.
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Nativo:
Se trataba del grupo étnico más numeroso del territorio mendocino y estaba conformado por las comunidades originarias de huarpes y puelches.
Al llegar los españoles en el siglo XVI, muchos indios fueron encomendados y absorbidos por la cultura europea, pero otros grupos se mantuvieron alejados de dicha influencia y mantuvieron sus costumbres ancestrales.
En Cuyo, la relación nativo-español fue cambiando con el correr del tiempo. Así, hubo momentos de paz y convivencia pacífica y otros de tensión y conflicto, especialmente con los grupos establecidos en el sur.
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Negro:
Este tercer grupo étnico ingresó al territorio cuyano a fines del siglo XVI y principios del XVII cuando el nativo comenzó a menguar.
La mayoría de los hombres, mujeres y niños que llegaron a Mendoza desde África provenían de la costa occidental de ese continente: Guinea, Sierra Leona, Congo y Angola y pertenecían a diferentes pueblos. Luis Alberto Coria menciona a los bantúes, benguelas, congos y ashantis, entre otros.
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Mixtos:
El mestizaje fue uno de los procesos más importantes y característicos de toda Hispanoamérica debido a que dio a la sociedad colonial un carácter particular.
La fusión de los elementos blanco, nativo y negro dio como resultado la formación de grupos diversos entre los que se encontraban: los mestizos, mulatos y zambos. Los primeros, eran los hijos de blancos e indios, los segundos, de blancos y negros y los últimos, de indios y negros y constituían el grupo que sufría la mayor segregación social, como refiere Mirta Lobato y Juan Suriano.
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