.
La sociedad mendocina de los tiempos coloniales mantuvo pautas culturales heredadas de Europa que se modificaron muy lentamente con el correr del tiempo.
La preparación de alimentos, por ejemplo, combinó prácticas indígenas y españolas que perduraron siglos.
En cuanto a la calle, la plaza y, más tarde, los paseos, éstos fueron los lugares por excelencia para el encuentro social y para el intercambio de información de interés para la comunidad. Al mismo tiempo, las festividades cívicas o religiosas también propiciaban la reunión de los mendocinos.
Comida
Desde los primeros tiempos, la preparación de los alimentos estuvo en manos femeninas. Según apunta Lelia Cano Rossini, la alimentación mendocina de la época colonial era variada debido a la existencia de cultivos, la presencia de corrientes de agua y la cría de animales. De ese modo, carnes, pescados, frutas y verduras conformaban la dieta de los cuyanos de antaño. Los pucheros y guisos eran habituales, lo mismo que la elaboración de empanadas, panes y tortas, a lo que se sumaba la preparación de dulces, mermeladas y confituras.
El aporte precolombino estuvo representado, por ejemplo, por el patay, la mazamorra y el mate.
En cuanto a las bebidas, la chicha, vinos y aguardientes eran consumidos también en este suelo.
La plaza y la Alameda
La Plaza Mayor constituyó el centro de la Mendoza colonial, era el espacio que reunía a la población para los acontecimientos políticos y religiosos más importantes y el lugar de encuentro, intercambio y socialización.
Al final de la etapa colonial, concretamente a principios del siglo XIX, se sumó el paseo de la Alameda, emplazado junto al canal Tajamar y la calle San Nicolás (actual Avenida San Martín). Dicho paseo estaba compuesto por dos filas paralelas de álamos a cada lado, contaba con asientos a los costados y un templete de líneas elegantes al final del mismo.
Los días de buen tiempo, la población de Mendoza se congregaba allí luciendo sus mejores prendas para socializar y comentar las noticias.
Festividades
Muchas eran las ocasiones de reunión de los mendocinos; se llevaban a cabo fiestas en honor de los Reyes pero también celebraciones religiosas como la del Patrón Santiago y Corpus Christi. Para esta última, por ejemplo, se realizaba una procesión alrededor de la Plaza Mayor. En dicha ceremonia participaba toda la comunidad; sin embargo, cada uno de los sectores sociales se mantenía separado y siguiendo las normas y pautas establecidas y vigentes para cada uno.