Al Capitán Don Pedro del Castillo se le encomendó la misión de fundar el primer asiento peninsular en el llamado País de Cuyo. De este modo, el 2 de Marzo de 1561, fundó la Ciudad de Mendoza Nuevo Valle de la Rioja. “La Ciudad de Mendoza se fundó con 45 vecinos, 30 de ellos encomenderos y 2.500 indios tributarios, cuando se trasladó la ciudad al año siguiente, los vecinos españoles eran 39…” (Abad de Santillán, 1965:164). Al parecer, en el momento del descubrimiento de América habrían habitado la zona de Cuyo, según lo sostiene Difieri unos 20.000 aborígenes.
Todos los núcleos urbanos pasaron por un penoso período de prueba de entre 15 y 30 años de duración tras lo cual se podía prever si una ciudad continuaría o no con su existencia. “Los momentos iniciales fueron siempre difíciles…el factor de la mayor o menor oposición de los naturales de las zonas, sino también de otros elementos…la incomunicación, el escaso número de vecinos realmente incorporados en cada asiento, la falta de mano de obra, la escasez de alimentos y bastimentos en general, el frecuente ausentismo de los vecinos y moradores, la incorporación a otras expediciones exploradoras o fundadoras de los hombres más capacitados para el trabajo, etc…”( Comadrán Ruiz, 1969: 21). Sin duda el elemento decisivo para el afianzamiento de estas ciudades aldeas fue el aporte de sangre indígena a su poblamiento.
Son sumamente contradictorios los datos referidos a la población de la Ciudad a fines del siglo XVI y principios del XVII. En 1562 el Sargento Mayor Miguel de Olavarría, en el Informe a su Real Majestad, consideró que los españoles repartidos entre las tres ciudades de Cuyo ascendían en número a 600. Debido al hecho de que Mendoza era la Ciudad cabecera y que San Luis había sido recientemente fundada, podemos suponer que Mendoza en esta época tendría una población que oscilará entre 200 y 250 habitantes, incluyendo las mujeres, pero sin contar los familiares, las personas de servicio y otros pobladores que no figuran en los documentos de la época La historiadora Rosa Zuloaga reconoce dentro del proceso de formación de la población mendocina las siguientes etapas:
1º “Una etapa inicial de tanteo e inestabilidad: Abarca los años 1561-1565 y se caracteriza por un movimiento de afluencia (90 personas entre los años 1561-1562) y otra de deserciones entre los años 1563-1565:
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De los 48 acompañantes de Castillo, 30 recibieron solar, chacras y encomiendas. De ellos solo se radicaron 20 de los cuales 6 murieron a los pocos años de fundarse la ciudad, 14 fueron llevados por Jofré a poblar la Ciudad de San Juan, y el resto, abandonó la Ciudad.
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De los 22 ó 23 acompañantes de Jofré que recibieron solar y chacras en 1562, solo 9 ó 10 se avecindaron o tuvieron una residencia prolongada en la Ciudad.
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De los 20 que llegaron con posterioridad al 28 de Mayo de 1562, posiblemente en el verano de 1562-1563, solo 10 se interesaron por el lugar.
2º Etapa de Progreso y Afirmación del núcleo Inicial. Comprende los años 1566-1570 y marca el proceso de arraigo y estabilización del núcleo inicial de la población mendocina, compuesto de unos 40 vecinos y soldados, sin contar sus familiares, personas de servicio y yanaconas.
3º Etapa de Afluencia lenta de sus pobladores. Comprende los años 1570 a 1590. Entre esos años se registran los nombres de 35 vecinos y moradores que no figuran anteriormente en la Ciudad
4º Aumento sensible entre los años 1590-1610. En ésta etapa la llegada de sus pobladores y la actuación de los hijos del núcleo inicial, arrojan un total de 75 nuevas personas que figuran en la ciudad.
Resultado General. Al cabo de 50 años de vida la Ciudad de Mendoza contaba con un grupo de españoles adultos de 150 a 170 hombres que sumados a un mínimo de 50 mujeres que figuran como cabezas de familias nos permiten formular un cálculo global de 200 a 250 pobladores blancos existentes en ella…” (Zuloaga, 1964: 27).
Conclusión: De un total de aproximadamente 90 personas que se vincularon a la Ciudad entre los años 1561, 1562 y 1563, solo 38 o 40 quedaron afincados en ella. De este saldo unos 30 vecinos se movilizaron hacia Chile entre los años 1563, 1564 y 1565, de manera que hubo un momento en que solamente residían en la Ciudad 12 ó 13 hombres.
En el orden interno, la deserción de sus pobladores y el ausentismo de sus encomenderos, fue otro factor negativo para el desarrollo de su incipiente vida. En realidad, la escasa tributación de los naturales y las pocas perspectivas inmediatas que ofrecía la explotación minera de esta zona, contribuyeron a crear la fama de tierras pobres que tuvo la región de Cuyo en esta época, y el consiguiente desinterés de avecindarse en ella. Según lo afirma Rosa Zuloaga ,el milagro de su supervivencia se debió a los esfuerzos de un puñado de vecinos que no teniendo otras posibilidades y alentados por la esperanza de que nuevos descubrimientos develarían la existencia del ansiado mineral. Si bien el Cronista Alonso González de Nájera presenta a la ciudad de Mendoza como una ciudad de hasta 100 casas, nos parece mas certera la afirmación del Oidor Gabriel de Celada en su informe a la Audiencia de Santiago de 1610, donde asevera que en Mendoza solo habían 32 casas de las cuales solo 1 ó 2 tenían techos cubiertos con tejas, una Iglesia Parroquial y el Convento de Santo Domingo.
En Septiembre de 1712, el Padre Antonio Covarrubias de la Compañía de Jesús, informaba al Rey que en Mendoza había 3.000 almas aproximadamente.
En 1720 se levantó un Padrón según el cual Mendoza poseería una población de 3.000 almas, dato que concuerda con lo aseverado por el misionero jesuita Miguel Herra, , en ocasión de su visita a la provincia en el año 1724.
El primer Padrón que se conoce realizado en Mendoza, data de 1739 y fue realizado por el Teniente de Corregidor José Correas. En él se hizo un registro tanto de la población (vecinos y demás pobladores), como también de los bienes muebles e inmuebles (casas, viñas, estancias, esclavos y objetos, entre otros), haciéndose constar el valor aproximado de los mismos. Sin embargo no se plasmó en dicha observación la cantidad de mujeres, niños, y naturales. Este catastro dio la cifra de 426 como el total de pobladores de la región.
Al promediar el siglo XVIII, contamos con tres fuentes de información sobre la población de Mendoza. Una de ellas es el relato de un médico escocés cuyo nombre desconocemos y, que habría llegado a la ciudad con un lote de esclavos destinados a Chile entre 1753-1754. La otra es la información aportada por el Presbítero Dr. Francisco Correa de Saa a la Audiencia de Chile en 1756. La tercera es la proporcionada por el Teniente de Corregidor de San Juan de la Frontera Don Thadeo de la Rosa y Oro. Las tres fuentes antes citadas, estiman en 4.000 habitantes la población de Mendoza para esa época.
Para conocer el estado de la población campesina en Cuyo, a mediados del siglo XVIII una fuente de suma importancia es la Matrícula General de la Campaña Cuyana que se elabora en 1753. Ella arroja los siguientes resultados: