Ceider

 

El Santo Patrono

Patrona tutelar de Mendoza

El santo designado durante la fundación la ciudad de Mendoza fue “San Pedro”, el 2 de marzo de 1561, en homenaje al gobernador de Chile, D. García Hurtado de Mendoza. Cuándo Pedro del Castillo enarboló una cruz y señaló el lugar donde habría de erigirse la primera Iglesia Mayor de la ciudad. Señaló el sitio donde se debía levantar el templo, nombrando a San Pedro como su titular, según consta en el acta de fundación. Pero la pérdida de las Actas Capitulares de los primeros cinco años de existencia de la ciudad, no nos permiten conocer el momento en que comenzó a honrarse al Apóstol Santiago como patrono principal. Pero, aunque la ciudad cambió de patrono, la Iglesia Matriz continuó dedicada a San Pedro hasta mediados del siglo XVII, según consta en las visitas pastorales de los obispos de Santiago de Chile, a cuya diócesis pertenecía el corregimiento de Cuyo. Ya en 1565 las actas del cabildo de Mendoza consignan a Santiago Apóstol como Patrono y abogado de la ciudad, no debemos olvidar, que Santiago también es el patrono de las ciudades de Santiago de Chile y de España.

 En el acta del 22 de junio de 1566, consta la elección de Gabriel Cepeda como Alférez Real, a quien se le entregaría el estandarte y prestaría solemne juramento como era costumbre. En los años siguientes, las actas consignan que en la víspera de Santiago, el Alférez recibía el estandarte y prestaba el juramento. Y el acta del 24 de julio de 1575, hace explícita mención del Apóstol cuando lo nombra "Patrón de las Españas y a quien esta Ciudad tiene por Patrón y Abogado". En esa misma acta se hace referencia a la ceremonia del paseo durante los dos días del estandarte (Cueto, Adolfo, 1991: 55-57).

Nuestra Señora del Rosario fue declarada Patrona de Mendoza el 24 de noviembre de 1760 por el Cabildo de la ciudad, y luego la Honorable Cámara de la Provincia de Mendoza con fecha del 12 de enero de 1839 ratificó el Patronazgo por un decreto (Verdaguer, Pedro José A.m, 1931). La advocación de Nuestra Señora del Rosario como imagen Mariana junto a la de Santiago Apóstol se convirtió en patronos y guías espirituales de la ciudad de Mendoza. De esta manera se explican la existencia y la proliferación de muchas capillas de veneración de Nuestra Señora del Rosario en toda la provincia.

 

 

Iglesia Matriz

Pedro del Castillo en el acta del 2 de marzo de 1561 expresó que la Iglesia Mayor de la ciudad estaría bajo la advocación de Pedro como se señalara anteriormente. En el plano de 1761 podemos ver la ubicación de la Iglesia Mayor frente a la plaza hacia el sur.  Después de un siglo la Iglesia Mayor se puso bajo la advocación de “Nuestra Señora de la Candelaria”.  
   

Iglesias, conventos y parroquias

La muerte como medio de salvación en la Mendoza Colonial

Con el tiempo en la ciudad de Mendoza, a la Iglesia Parroquial se le fueron sumando otros templos de órdenes religiosas como La Merced, la Iglesia de los Padres Jesuitas, que después de la expulsión pasó a manos de los Franciscanos, San Agustín, y Santo Domingo, además de las Capillas de Santa Bárbara, de Nuestra Señora de el Buen Viaje, de San Antonio, Nuestra Señora del Rosario (existieron varias capillas con esta denominación), las Vice Parroquias de Nuestra Señora de las Nieves, San Vicente y la de Uspallata o de las Minas de San Lorenzo.

El Patronato era un derecho inherente a la soberanía estatal, cuando en realidad se trataba de una concesión de la Santa Sede entre el Papado y cada uno de los Gobiernos en este caso con la corona española.

Desde el descubrimiento de América, las tres provincias de Cuyo dependieron del Obispado de Santiago de Chile, que a su vez dependía del Arzobispado de Lima. Pero al crearse el Virreinato del Río de la Plata, pasó a depender sólo en lo político administrativo con Buenos Aires, manteniéndose su relación eclesiástica con Chile. Desde 1798 hubo muchas gestiones para lograr obtener la creación de una silla episcopal en Mendoza. Y no se concretó hasta 1809 ante la petición de Sobremonte. De esta manera Cuyo es agregado al obispado de Córdoba y separado de Chile.

La religión Católica fue parte integrante y esencial de la nacionalidad hispanoamericana pero la corriente del liberalismo europeo, afincado en América trató de debilitar los espacios de poder de la Iglesia y fortalecer los del estado. 

 

El Ars Morendi es una obra de literatura cuyo uso se destina a la ayuda espiritual a morir. Ya que proporcionaría ayuda, que permitiría afrontar las dificultades en la otra vida. El Ars Morendi es un manual, que prepara para el tránsito hacia la muerte y otorga paz espiritual a través del ritual religioso. El concepto de ayudar al buen morir se basa en un principio de fe, ya que el último suspiro se convierte en el tránsito a la eternidad y el destino del alma se decide en el momento de expirar. Estos dogmas han tratado de lograr facilitar el doloroso tránsito recurriendo a oraciones, peregrinaciones, a las abstinencias, a las reliquias, a las mortajas de los santos para lograr la paz eterna. Para este tránsito la Iglesia intenta un acercamiento hacia Dios en la proximidad de la muerte, la recepción de los sacramentos, la confesión sacramental y el arrepentimiento. La función cementerial tuvo gran importancia en el desarrollo y se localizó en principio dentro del templo, extendiéndose luego fuera de él. Este tipo de vestigios lo podemos observar en Mendoza, a partir de los hallazgos arqueológicos encontrados en el templo de la Compañía de Jesús, conocida hoy como las ruinas de San Francisco, (ver Chiavazza, Horacio, 2005). O en los templos que existían durante la colonia en nuestra provincia.

La sepultura y los rituales fundamentaron la necesidad de protección de la tumba y del lugar del descanso final; éste fue un elemento esencial para proteger el descanso, para ser despertados en el día del juicio.