El gobierno territorial indiano se fue delineando de manera paulatina y siguiendo el proceso de descubrimiento y colonización de las distintas regiones. Esta nueva organización indiana se fue adaptando y acomodando a las distintas regiones y a los distintos grupos humanos que la habitaban y, por lo tanto, estuvo sujeta a constantes variaciones y modificaciones. Hacia 1560 en adelante, se establecieron las bases de un nuevo ordenamiento territorial y administrativo que se mantuvo vigente hasta la segunda mitad del siglo XVIII.
Los extensos territorios llamados capitanías o presidencias se hallaban divididos a efectos de la administración local en jurisdicciones territoriales menores, y éstas a su vez, en distritos locales o municipales. Estas jurisdicciones locales eran gobernadas desde sus ciudades principales por funcionarios denominados, según los casos, Gobernadores , corregidores o alcaldes mayores.
El distrito administrado por el Gobernador abarcaba por lo común un territorio más vasto que el corregimiento o la alcaldía mayor; de ahí que este último tuviera conexión menos definida con una sola ciudad que las otras unidades administrativas.
La fundación de Corregimientos en América hispana se aplicaba en dos situaciones. Cuando se trataba de un territorio originariamente conquistado y colonizado por un adelantado, a quien se premiaba con el título Gobernador de la región pacificada, título que subsistió en la administración real de la provincia. O bien, cuando se trataba de un territorio distante o región fronteriza apenas colonizada, en la que se requería considerable autoridad personal y mano firme para mantener la paz en nombre del rey.