Ceider

 

Antecedentes de la Creación del Virreinato del Río de la Plata

 

El problema internacional se había centrado en el Atlántico Sur.  La rivalidad hispano portuguesa y las pretensiones de Inglaterra  dieron a estos territorios un valor estratégico que hasta entonces no habían tenido. Y si bien el establecimiento inglés fue abandonado en 1774, subsistía la amenaza potencial de uno nuevo y la tensión permanente en la Banda Oriental.

Este último acontecimiento tuvo gravitación decisiva e inmediata en la creación institucional del Virreinato del Río de la Plata.  El conflicto radicaba principalmente en la posesión del río Grande, cuya estratégica ubicación dominaba la entrada a las zonas del interior. Carlos III dio la orden a Vértiz para recuperar la ribera septentrional, mientras que los portugueses, por su parte, continuaban enviando tropas a la frontera meridional. 

Con todo, ni España ni Portugal querían desatar una guerra, por eso, en julio de 1775 se llegó a un convenio de suspensión de hostilidades para establecer de común acuerdo los límites respectivos.  Pero mediante una serie de ataques realizados en plena paz y en momentos en que ambas cortes tramitaban el arreglo de sus antiguos diferendos, Portugal consiguió recuperar casi todos los territorios de los cuales había sido expulsado por Cevallos años antes.  Mientras, Carlos III preparaba la expedición militar más importante que hasta entonces España había enviado al nuevo mundo y  al frente de la misma designó a Pedro de Cevallos.

La proposición de Pedro de Cevallos fue decisiva en cuanto a la acumulación del mando político y militar. Carlos III lo designó el 1 de agosto de 1776:  

Virrey, Gobernador y Capitán General de las provincias de Buenos Aires, Paraguay, Tucumán, Potosí, Santa Cruz de la Sierra, Charcas y de todos los Corregimientos, Pueblos y Territorios a que se extiende la jurisdicción de aquella Audiencia... comprendiéndose asimismo bajo de vuestro mando, y Jurisdicción los Territorios de las Ciudades de Mendoza y San Juan del Pico, que hoy se hallan dependientes de la Gobernación de Chile...así en todo lo respectivo al Gobierno Militar, como al Político y Superintendencia General de Real Hacienda en todos los ramos y Productos de ella (Zorraquín Becú, Ricardo, 1970).