Colonial
Durante el siglo XVIII la ciudad no fue más que una aldea, sus edificios más importantes, son de períodos posteriores. Las condiciones básicas para la formación del estilo colonial fueron emergiendo lentamente.
El adobe y el tapial fue uno de los materiales empleados para la construcción “…de adobon con paja de tres y tercia varas de alto y tres cuartas de ancho sobre una pequeña base pisada a pizón”...), luego estos materiales dieron paso al ladrillo, primero asentado en barro y luego en cal. Los techos o cubiertas fueron en principio de paja la que fue siendo reemplazada por tejas, los ladrillos se usaron en pisos, además de sólidas rejas en las ventanas. Las casonas más importantes utilizaron las molduras y pináculos como elementos decorativos para las fachadas.
Se destacó por sus materiales toscos y su mano de obra ruda que dieron por resultado una arquitectura desnuda y vigorosa. Su ornamentación fue escueta, las cornisas coloniales serpenteaban a lo largo de la fachada. La arquitectura doméstica fue muy poco diferente a la religiosa.
Postcolonial
La arquitectura Postcolonial sobrevivió a la colonia y duró casi medio siglo más. Con la llegada del nuevo siglo llegaron nuevas modificaciones que pueden distinguirse entre una y otra época. Las formas variaron pero no de manera tan esencial. Lo fundamental de este período es la desaparición de los barroquismos o toques barrocos del colonial y por otro lado llegaron primero a Buenos Aires los aires neoclasicistas que permitieron un corte en la tradición colonial. Esta importación de origen europeo quedó reservada para algunos edificios especiales, los demás son de denominación pos colonial.
Las casas poscoloniales conservan sus paredes lisas encaladas, sus cornisas disminuyeron su tamaño y dejaron de serpentear, transformándose en una clara recta de terminación de frente. La poca ornamentación utilizada tenía indudable sabor barroco, y luego cesó totalmente. La arquitectura postcolonial generalizó la casa de altos, ausencia de ornamentación barroca reemplazada por tres finísimas líneas de moldura.