Testamento y muerte
|
|
Sus restos En 1861 sus
restos fueron trasladados a la bóveda de la familia González Balcarce,
ubicada en el cementerio de Brunoy, Francia. Luego
hubo varios intentos de repatriarlos a los que se opuso su hija, quien como
esposa del embajador en Francia y afincada en ese país, prefería que
permanecieran cerca de su residencia. A la muerte de Mercedes San Martín en
febrero de1875 se activaron las gestiones y durante la presidencia de Nicolás
Avellaneda se creó la «Comisión encargada de la repatriación de los restos
del Libertador». La repatriación de los restos de José de San Martín
finalmente se produjo el 28 de mayo de 1880 cuando fueron conducidos a Buenos
Aires por el vapor transporte Villarino en su viaje
inaugural, arribando en una masiva celebración pero en vísperas del estallido
de la revolución de 1880. En el
mausoleo se encuentra escrito: «Triunfó en San Lorenzo, afirmó |
Fechó su
testamento ológrafo en París el 23 de enero de 1844, dejando como única
heredera a su hija Mercedes de San Martín, casada con Mariano Balcarce que
ejercía como embajador argentino en París. Entre sus cláusulas establecía: Que Mercedes otorgue a su tía
María Elena una pensión hasta su fallecimiento. Que a la muerte de María Elena le
otorgue una pensión a la hija de ésta, Petronila. Que su sable corvo favorito, el de
las batallas de Chacabuco y Maipú, fuera entregado al gobernador porteño Juan
Manuel de Rosas, como una prueba de la satisfacción que, como argentino, he
tenido al ver la firmeza con que ha sostenido el honor de Prohibió la realización de
funerales y de acompañamientos hasta el cementerio, «pero sí desearía que mi
corazón fuese sepultado en Buenos Aires». Declaraba como su primer título el
de generalísimo del Ejército del Perú. En marzo de
1848, al estallar la revolución de ese año en París, se traslada a la ciudad
costera de Boulogne-sur-Mer,
estableciéndose en una habitación alquilada. Allí falleció a la edad de 72
años, a las tres de la tarde del 17 de agosto de 1850, en compañía de su hija
Mercedes y de su yerno. Según cuenta la leyenda, el reloj de la casa dejó de
funcionar a esa hora y aún sigue marcando las 3 en punto.. |