Plan Continental

 

 

 

Un par de años antes de que el Congreso de Tucumán declarara la independencia, San Martín había sido designado (enero de 1814) como responsable de la fuerza que defendía la frontera norte de los avances realistas. Esta experiencia, no sólo le permitió comprender que en esa zona resultaban más eficaces las tropas irregulares de paisanos patriotas que el ejército formal, sino que también le dio la posibilidad de ultimar un plan de invasión al Alto Perú (centro del poder español). Todos los intentos previos habían demostrado que cada vez que un ejército realista descendía del altiplano hacia los valles de Salta, era derrotado y, cada vez que un ejército patriota ingresaba en el Alto Perú, también era derrotado. En consecuencia, entre 1814 y 1816, San Martín conformó un plan alternativo: llegar a Lima a través de la vía del Pacífico. Para ello debía cruzar los Andes, vencer a los españoles en Chile y organizar en forma conjunta una expedición que desembarcara en Lima: "... la patria no hará camino por este lado del norte... ya le he dicho a usted mi secreto: un pequeño ejército y bien disciplinado en Mendoza para pasar a Chile y acabar allí con los godos... Aliando las fuerzas pasaremos por el mar para llegar a Lima. Ese es el camino y no este...", escribió a Godoy Cruz el 10 de agosto de 1814.

La expedición hacia Perú debía hacerse en forma simultánea a través de dos frentes de operaciones: el del oeste y el del norte. Para el primero se prepararía en Cuyo un ejército que cruzaría la cordillera, apoyaría a los chilenos en su lucha contra las tropas del virrey del Perú y, finalmente, marcharía hasta Lima. Una vez iniciada esta expedición, por el norte se avanzaría hacia el Alto Perú. Se trataba del Plan Continental cuyo objetivo era lograr la independencia y la organización constitucional de América Hispana.

El 10 de agosto de 1814, San Martín es designado Gobernador de Cuyo y comienza a organizar la expedición de los Andes. Para ello fijó contribuciones voluntarias o forzosas y reclutó obligatoriamente a los individuos en edad de portar armas: “los hijos de patriciado local formarían la oficialidad del Ejército de los Andes, los mestizos y criollos de clase media y baja, l caballería y los esclavos, cuya entrega se exigió bajo penas de severas multas, la infantería” . Hacia fines de 1816, una fuerza conformada por 4.000 soldados y 1.500 milicianos –adiestrados en el campamento del Plumerillo- estaba lista para emprender el cruce de los Andes y reconquistar Chile.

El Ejército se dividió en seis columnas: cuatro secundarias (a cargo de Cabot; Freire; Lemos; y Zelada), cuyo objetivo consistía en distraer a las fuerzas enemigas y provocar movimientos favorables a la Revolución en zonas alejadas de la capital chilena. Por su parte, las dos columnas principales utilizaron los pasos de Uspallata (a cargo de Las Heras) y Los Patos (a cargo de Soler, San Martín y O'Higgins). Ambas columnas convergieron en el valle del Aconcagua y el 12 de febrero vencieron a las tropas realistas en la cuesta de Chacabuco. Este triunfo les permitió entrar en Santiago de Chile y ocupar el puerto de Valparaíso. Un año más tarde, el 5 de abril de 1818, los españoles fueron definitivamente derrotados en los llanos de Maipú y San Martín, apoyado por O'Higgins (nombrado director supremo de Chile), dedicó todos sus esfuerzos a la preparación de la expedición marítima que habría de trasladar sus efectivos a las playas del Perú.

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