Mendoza durante las décadas de 1820 y 1830

 

 

 

En el año 1820, se produjo el desmembramiento de Cuyo en medio de una profunda crisis política en las Provincias Unidas del Río de la Plata; de este modo, Mendoza, San Juan y San Luis se convirtieron en jurisdicciones independientes. También por aquellos años comenzaron a perfilarse los unitarios y federales y toda la región se vio inmersa en largos y desgastantes enfrentamientos entre estos dos grupos.

 

El aspecto edilicio de la ciudad mantenía las mismas características: las viviendas mendocinas eran de adobe y algunas blanqueadas con cal, de una sola planta y cada una contaba con su patio, en el que además de encontrarse los animales, había árboles frutales y parrales. Sin duda, las acequias y los árboles a la vera de los caminos eran algunos de los elementos característicos de la ciudad, que capturaban la atención de la mayoría de los viajeros, que los mencionan sin excepción en sus relatos.

 

       

Impresiones de Peter Campbell Scarlett

El diplomático inglés Peter Campbell Scarlett llegó a Mendoza por aquellos años y escribió:

“Ahora cabalgábamos entre muros de barro, que cercaban campos de pastoreo. A medida que avanzábamos aparecían a nuestra vista casas de estancias, algunas de ellas blanqueadas. Prontamente, bajo las montañas oscuras (…), percibimos delante de nosotros las torres, cúpulas y los montecillos de álamos de Mendoza.”

“… Mendoza (…) es un lugar agradable. No hay nada notable en la arquitectura de sus iglesias o casas. Están todas construidas con ladrillos secados al sol, o adobe; los materiales más usados en Chile y Mendoza, aunque en Buenos Aires y Montevideo, el ladrillo rojo común los sustituye ahora generalmente. En muchas de las calles las casas no están blanqueadas, y las paredes pardas, desnudas, tienen un efecto muy sucio e imperfecto.

“La alameda queda entre hileras dobles de altos y umbrosos álamos que ofrecen un paseo delicioso. Bordea una corriente rápida, que recibe sus aguas de las nieves derretidas de las montañas y es conducida a través de la alameda para que contribuya a la frescura y salubridad del lugar. (…)

“Hay un templo griego sostenido por pilares, construido en un extremo del paseo público, dentro del cual hay asientos, así como a todo lo largo de la avenida. En una casa, junto al paseo, se pueden tomar helados, no demasiado bien hechos ciertamente, y aromatizados con canela (…); pero los helados, con cualquier gusto, son un lujo con el calor de un verano de Mendoza.”

 

 

 

Paisaje mendocino hacia 1850

Burmeister, Hermann. Viaje por los Estados del Plata. Buenos Aires, Unión Germánica de la Argentina, 1943. Tomo I, p. 225

 

 

“Las montañas se levantan sobre un lado (…) entre las cuales y la ciudad hay viñedos, campos de pastoreo (…) en abundancia. Más allá de las montañas se ven los bordes nevados de los Andes, de los cuales el Tupungato resulta el rasgo sobresaliente. Las casas tienen azoteas planas y nunca más de un piso sobre la planta baja. Todas las casas tienen patio adentro, donde se pueden ver los caballos ensillados (…).”

“Tanto en las calles como en los callejones que conducen fuera de la ciudad, en todas direcciones, hay acequias de agua muy fría traída de las montañas, y todos los caminos que llevan a Mendoza, hasta cierta distancia, corren en medio de avenidas del favorito álamo, lo cual hace que el cabalgar por ellos sea agradable y con sombra aún en pleno calor del día.”

Como señala Scarlett, los caminos de ingreso a la ciudad de Mendoza estaban flanqueados por tapiales de adobe que dividían las propiedades y cercaban las tierras de pastoreo; en ellas, era engordado el ganado que más tarde era conducido a Chile para su venta, lo que constituía una de las actividades económicas más rentables por aquel entonces.

 

 

 

 

Casa mendocina

Burmeister, Hermann. Viaje por los Estados del Plata. Buenos Aires, Unión Germánica de la Argentina, 1943. Tomo I, p. 209

 

 

 

Mendoza hacia 1826

Cano Rossini, Lelia. La mujer mendocina de 1800. Mendoza, Ediciones Culturales, 1996

 

 

 

Casa mendocina

Burmeister, Hermann. Viaje por los Estados del Plata. Buenos Aires, Unión Germánica de la Argentina, 1943. Tomo I, p. 209

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Francis Bond Head
“Viajeros por el Río de la Plata”. Disponible en: http://viajerosporelriodelaplata.blogspot.com.ar/2013/08/viaje-traves-de-las-pampas-y-los-andes.html (consultado el 06 de septiembre de 2014).

 

 

 

 

 

 

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                 

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