La ciudad de Mendoza
entre 1810 y 1820 |
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Ejército de los Andes en
el Plumerillo El Ejército de los Andes
saliendo de Campamento del Plumerillo. Boceto del
Óleo y de dos tintos de José Bouchet, 1901.Imagen
disponible en: http://edant.clarin.com/diario/especiales/sanmartin/sal3_22.htm
(consultado el 21 de junio de 2013).
Mujer hacia 1830 Scarlett, Peter
Campbell. Viajes por América; A través de las Pampas y los Andes, desde
Buenos Aires al Istmo de Panamá. Buenos Aires, Claridad, 1957
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Las ideas de la Ilustración europea llegaron a América
durante la segunda mitad del siglo XVIII y en las distintas ciudades
comenzaron los debates entre los sectores más tradicionalistas y los más
progresistas. Mendoza no estaba ajena a lo que ocurría en España ni en Buenos
Aires, tampoco; sin embargo, vivía en un clima de paz y tranquilidad, hasta
1810.
Las ciudades han sido centros políticos por excelencia,
señala José Luis Romero. En efecto, el proceso revolucionario e
independentista provocó cambios fundamentales en las ciudades
hispanoamericanas y Mendoza fue partícipe de ellos.
Mendoza
durante el gobierno del General San Martín
En 1813, Mendoza se convirtió en la ciudad cabecera de
la Gobernación Intendencia de Cuyo y, al año siguiente, recibió al General
José de San Martín en el cargo de Gobernador Intendente. San Martín exigió un
gran esfuerzo de los mendocinos para organizar y poner en condiciones el
Ejército de los Andes. Una de sus primeras medidas fue ampliar la red de
irrigación para incorporar nuevas tierras de cultivo y pastoreo y, al norte
de la ciudad, en el campo el Plumerillo, se levantó
el campamento militar. Así, la preparación del ejército alteró la fisonomía y
el ritmo de Mendoza; fueron años de intenso trabajo y, tras la partida del
Ejército Libertador a principios de 1817, esta tierra, que quedó exhausta,
lentamente comenzó a recuperarse de tamaño sacrificio.
Impresiones
de Samuel Haigh
Samuel Haigh
El comerciante inglés Samuel Haigh
llegó a Mendoza a fines de 1817 y escribió lo siguiente sobre la ciudad:
“Está encerrada entre viñedos al pie de la gran
cordillera de los Andes (…). Mil riachuelos de montaña fertilizan las
llanuras bajas, y el agua, con impetuosa corriente en las acequias (…),
esparce exuberante frescura en el aire y verdor en el suelo.”
“… pasé una semana en las continuas diversiones que me
proporcionaban los amables habitantes de esta deliciosa ciudad, danzando,
cabalgando (…) y paseando; a veces caminando por la Alameda con encantadoras
mujeres, y otras, sentado en un templo de arquitectura griega, al fondo del
paseo, disfrutando de los helados y las deliciosas brisas vespertinas cuando
bajaban de las altas laderas de la cordillera nevada.”
Los viñedos de la periferia habían aumentado en sus
proporciones, gracias a la red de canales y acequias ordenada por San Martín.
Al mismo tiempo, el casco urbano había crecido y se había embellecido con un
paseo que databa de 1808. Se trataba de la Alameda, un lugar de recreo para
los vecinos de Mendoza, ubicado al oeste de la plaza junto al canal Tajamar,
sobre la calle San Nicolás (actual Avenida San Martín). Estaba compuesto por
filas paralelas de álamos y contaba, además, con asientos a los costados y un
templete de elegantes líneas. Detrás de la Alameda, continuando hacia el
oeste, comenzaban a sucederse las huertas, viñedos y potreros.
Paisaje mendocino hacia 1850
Burmeister, Hermann. Viaje por los Estados del Plata. Buenos Aires, Unión Germánica de la Argentina, 1943. Tomo I, p. 225 |